Durante el siglo XIX, Chile expandió significativamente su territorio. En el norte, ganó las provincias salitreras de Tarapacá y Antofagasta tras la Guerra del Pacífico contra Perú y Bolivia. En el sur, ocupó el Estrecho de Magallanes en 1843 y 1848, e incorporó colonos alemanes al sur. También incorporó la Araucanía en 1883 luego de la Guerra del Pacífico y estableció su límite con Argentina en 1881 a lo largo de la Cordillera de los Andes.